CARA A CARA CON CRISTO
A todo el que pasa delante del tímpano de Conques, Cristo le echa
una mirada penetrante y ofrece su saludo: un gesto de semáforo
con ambos brazos, la mano derecha hacia el cielo, la siniestra volteada
hacia la tierra, situación única en la iconografía
de los tímpanos, pero una que es capital. (Más
información sobre los gestos en
el tímpano)
Esto es lo que nos indica el tema de la composición: Parusía
y redención.
(1)

Las manos de Cristo reciben las Gracias del Padre y las vierten
sobre los hombres |
LA PARUSIA (Arriba)
Este gesto se refleja a menudo en las representaciones
de la Ascensión. Por ejemplo, en el caso de la Ascensión
representada sobre las tumbas de la cripta de San
Víctor en Marsella, que son del siglo III. Cristo aparece subiendo
en las nubes, el brazo derecho levantado hacia el cielo, como halado por
el Padre, el brazo izquierdo tendido hacia la tierra en señal de
despedida. El mismo gesto se reproduce en Saint-Georges-de-Camboulas
en Aveyron.
Sin embargo,
este gesto representa, también textualmente, el regreso (es decir,
la Parusía *), ya que en los actos de los Apóstoles (Act.
1, 9-11.), está escrito que su regreso se hará "de
la misma manera" que su Ascensión, rodeado de nubes. El Juego
de las manos también evoca la doble naturaleza del Mesías,
quien es a la vez divino en su origen y encarnado, el hijo de Dios hecho
hombre. Recuerda que Jesús "murió, descendió
a los infiernos, resucitó y ascendió al cielo, de donde
bajará para juzgar a los vivos y a los muertos" (Credo).
TRIUNFO IMPERIAL
(arriba)
He aquí que viene un Cristo victorioso con toda la pompa del triunfo
de un emperador romano:
Rey y Juez, acompañado de sus legiones de ángeles, ceñido
con la cintura del magistrado supremo, el pecho parcialmente desnudo bajo
el paludamentum (dejando adivinar la herida de lanza a la derecha), entronizado
en una silla rodeada de estrellas e iluminada por el sol nuevo cargado
de flores y palmeras, coronado con los trofeos de la victoria (la
lanza, los clavos y la cruz gloriosa), flanqueado por dos cargadores
de velas (ángeles llevando antorchas que iluminan el mundo) y perfumado
por el ángel turiferario. Es verdaderamente como en un triunfo
como Cristo aparece saludando el mundo con un gesto imperial. (2)
Cristo en la mandorla y su procesión triunfal
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|
Esta Cruz Gloriosa no se refiere a la cruz del Gólgota. En este
caso simboliza el signo de la victoria de Cristo en el fin del mundo.
Es comparada por el teólogo del siglo XII Honorius de Autun con
el estandarte de la victoria en el triunfo del emperador romano: "Así
como cuando el emperador entra en una ciudad, su corona y las otras insignias
del poder le son llevadas para que su "Adventus" sea
conocido por todos, así también cuando Cristo regrese para
el juicio, los ángeles que llevan la cruz lo precederán."
(Honorius de Autun, citada por Yves Christe, Los Juicios Finales,
Zodiac, 2000, p. 195). Ésta es exactamente la escena representada
en el centro del tímpano.
LA DIAGONAL
DE LA GRACIA
(arriba)
El Juez-Rey pronunciará su sentencia.
¿Puede uno adivinar su orientación?
Las filacterias que enmarcan la parte superior de la mandorla de Cristo
se refieren al Evangelio de Mateo sobre el Juicio Final "Venid,
benitos de mi Padre, poseerán el reino preparado para vosotros
desde el principio del mundo" y en frente: "Aléjense
de mí... Malditos." Esta referencia presagia un juicio
duro, una aplicación rigurosa de la ley.
Pero el gesto significa algo completamente
diferente.
A diferencia de Satanás, Cristo no apunta un índice vengativo
hacia los reprobados o más bien, los que fueron probados. Por el
contrario, abre las palmas de las manos. Con la derecha, recoge las gracias*
venidas del Padre y con la izquierda, las vierte sobre las personas que
las necesitan, los que están siendo probados en el Tártaro*,
los pecadores que viene a salvar, de acuerdo con su declaración:
"No he venido para juzgar sino para salvar." Su mano no rechaza
a nadie; simboliza la Misericordia.
La
construcción geométrica de la "diagonal de la Gracia"
fortalece el lenguaje corporal que expresa claramente el don de la Gracia*.
Si trazamos la línea que pasa por las manos, veremos que se origina
en las ondas verticales que caen del cielo, y termina en la cabeza del
hombre "restaurado"*, como diría Hugo
de San Victor; un hombre que despierta, se levanta, calmado y sorprendido
de encontrarse bajo los pies de Satanás, sentado en una cama de
llamas que no queman. Es el fuego metafórico del juicio que ilumina
la conciencia del pecador. "Legislador,
iluminador, Cristo es el Salvador."
El juicio no es la condenación del pecador, sino del pecado. La
justicia del Mesías, es la justificación del pecador, no
por sus (muy hipotéticas) buenas obras, sino por el puro don de
la Gracia de Dios* a aquellos que tuvieron fe en él. (3)
La diagonal de la Gracia en el
“tímpano de la redención”
|

El hombre restaurado que se despierta |
Esta línea geométrica
que pasa por las manos de Cristo y va desde las ondas del Padre
hasta el hombre restaurado* que se levanta en el Tártaro*,
ofrece la representación más concisa que existe de
la concesión de la salvación. *
En el reino de las tinieblas un hombre se despierta bajo los pies de Satanás. Esta sereno: viene de ser restaurado. Parece ser una ilustración del versículo de la epístola de San Pablo a los efesios
"¡Despiértate, tú que duermes!
Levántate de entre los muertos,
y Cristo te alumbrará." (Efesios 5:1)
"Donde abunda el pecado, abunda la
gracia " (San Pablo, Romanos 5, 20)!
En este punto, Hugo de San Víctor se une al apóstol
de los gentiles: "Desde el principio del mundo hasta su
fin, no hay verdadera bondad sin justificación por la Gracia,
ni Gracia sin Cristo". (en Diccionario de espiritualidad
ascética y mística, Beauchesne)
|
"En
la época románica, el juicio no es una sentencia,
sino la revelación de una persona, el Cristo trascendente,
dueño de la vida y la muerte, el salvador de los que creyeron.
Está apacible, sin severidad ni debilidad, la mirada algo
distante, fijada en los extremos de la Redención. Es lo real,
y los hombres comparan con él su destino eterno. Ellos son
libres de ir y de colocarse en función de sus obras en este
mundo, a su derecha o a su izquierda, para la eternidad."
(Gerard de Champeaux, El mundo de los símbolos,
Zodiac, 1980)
Los pies de Cristo descansan en
una base inclinada hacia el Tátaro. Este ángulo (que
se encuentra en la rama inferior de la cruz ortodoxa), recuerda
el descenso de Jesús al reino de los difuntos antes de su
resurrección. Significa que el Mesías lleva la salvación
hasta las profundidades del infierno. |
Base inclinada a los pies de Cristo |

Cruz ortodoxa |
EL
SECRETO DEL VESTIDO DE ÁNGEL

Pase el cursor sobre la imagen para ver el zoom |
Presentemos otra pista que confirma la hipótesis
de la misericordia divina.
En efecto, una proclamación anuncia las primicias de la
sentencia que el ángel bailando en la arquivolta ha adivinado.
Pero aún es un secreto...
No fue hasta la invención del teleobjetivo en el siglo
XX, cuando se reveló que lo que se consideraba una decoración
sencilla en la parte inferior del vestido del ángel con
la trompeta, quien vuela sobre el Tártaro, es en realidad
una enigmática inscripción árabe escrita
en caracteres cúficos: "al Yum" o "al
Hamda" ("Felicidad" o "Gloria").
(4)
|
La presencia de una escritura cúfica floral,
caligrafía de los sufíes persas de los años mil pone
de relieve la estrecha relación que la abadía de Conques
mantenía con el Oriente y que el "Libro de los Milagros"
de Santa Fe recuerda, en particular a través de la historia de
Jean Ferré, un sarraceno convertido.
La tesis defendida en este sitio consiste en mostrar que el tímpano
de Conques puede (y debe) ser considerado como una representación
de la Parusía y de la historia de la salvación más
bien que de un juicio.
En este sentido, la comparación de los tímpanos
de Autun y Conques destaca dos enfoques muy
diferentes del juicio: el primero, fulminante y aterrador, el segundo,
misericordioso y lleno de mansedumbre. (5)
La representación
de la Parusía en Conques no es una excepción en la expresión
del pensamiento románico de la época. Al contrario, es un
ejemplo perfecto de ello. Al definir el concepto de Juicio Final en el
arte románico, Marcel Durliat escribió: "El Juicio
Final, con su valor disuasivo no corresponde a una generalización
del miedo. Se lleva a cabo en una toma de conciencia global del destino
de la humanidad en la que la confianza en la salvación tiene la
mayor importancia. El hombre románico confía en la misericordia
de Dios y conoce la gloria del Resucitado. En su lucha contra Satanás,
sabe que puede contar con el apoyo de la Virgen María, de los santos
y de los ángeles del cielo." (Marcel Durliat, Arte Romano,
Mazenod p. 127)
Por su parte, el
historiador Yves Christe, un especialista en iconografía medieval,
confirma esta opinión: "El Juicio Final no es un tema
importante en el arte románico, especialmente en el campo de la
escultura. No fue sino hasta finales de los años 1200 cuando el
Juicio Final tomó importancia." (Yves Christe, El
Juicio Final, Zodiac, p. 199). No se le ha escapado a este autor
que el marco temporal del tímpano de Conques no se encuentra en
el extremo lejano del tiempo, sino en el presente inmediato, "Se
ha notado sin embargo, que aquí se muestra a un justo que acaba
de ser salvado in extremis de la condenación; la amonestación
(6) no es para un futuro lejano,
es inmediatamente cuando el mensaje debe operar. "(Y. Christe,
op. cit. p. 183)
Por lo tanto, el tímpano de Conques no está clasificado
en la categoría de los Juicios Finales, sino en la de las Parusías,
un tema también representado, como ha señalado Yves Christe,
en Beaulieu-sur-Dordogne. (7)
Es hora de explorar los dos paneles laterales
del tríptico: las Residencias* y el Tártaro*.
N.B. : Anne Souchaud
que enseña en Mexico se propone de traducir poco a poco este sitio.
Podemos agradecerla mucho.
Siguiente
capítulo: 3) las moradas en el Paraíso (versión
en español muy pronto. Pase al capitulo
4)
(1)
Parusía : secunda venida de Cristo a la tierra (del idioma griego
significando
presencia).
Yves Christe, profesor emérito de Historia del Arte en la Universidad
de Ginebra, dice que la representación de la Parusía es
bastante común, "Algunos Ultimos Juicios son en realidad
solamente la segunda venida de Cristo, como en el tímpano de Beaulieu.
Según el juicio de Munster, el de San Gall y la Biblia de Farfa,
la segunda venida de Cristo, como la menciona San Mateo, no es un fenómeno
aislado, sino un patrón estándar." (Yves Christe,
El Juicio Final, Zodiac, Coll. Formas de la noche, T.
12, 2000, p. 147). Es además objeto de un fresco en el techo del
coro de la Catedral Sainte Cécile en Albi, que fue pintado en el
siglo XVI. Véase también el análisis del gesto.
(arriba)
(2) Todavía
en los "Juicios Finales", Yves Christe describe las representaciones
de Cristo en una mandorla. Está rodeado de ángeles y su
Cruz gloriosa se encuentra arriba de él:
"Este esquema se incluyen también en Conques y Beaulieu...
Es la imagen del retorno entendido como el Adventus, como una procesión
triunfal donde el emperador está precedido de sus oficiales cargando
sus insignias y trofeos. Así es como San Juan Crisóstomo,
en un famoso sermón, citado a lo largo de la Edad Media, había
descrito la segunda venida de Cristo según San Mateo (Mt 24:
30-31)". (Yves Cristo, op. cit. p. 172) (arriba)
(3)
"El Redentor ya no es un
juez amenazador. Es el salvador sufriendo, la víctima ofrecida
en sacrificio para la salvación de la humanidad. "(Yves
Cristo, ibid p. 18)
(arriba)
(4)
"Esta es una fórmula de glorificación
de Dios, al-Hamda, o sea "gloria", que se
utiliza aquí en relación directa con el tema central de
tímpano. Esta traducción fue confirmada por el departamento
de idiomas y traducciones de la universidad al-Azhar en El Cairo. Una
primera lectura, a cargo de la Sra. Madeleine Viré, del Instituto
Árabe de Estudios Avanzados en Túnez, vio la palabra al-Yum,
"la felicidad" (Cf. Actas de la Sociedad de Artes,
Ciencias y Artes Aveyron, t. XXXVIII, 1954-1958, p. 339.). [...]
La palabra al-Hamda ("Gloria a Dios") se adapta
tan bien al tema del Juicio Final en el tímpano de santa Fe (sainte
Foy) de Conques, que ya no es posible atribuir a esta inscripción
un simple valor decorativo. Su autor, "el Maestro del tímpano,"
o menos probablemente un miembro de su equipo, estaba plenamente consciente
de lo que grababa en la parte inferior del vestido del ángel. ¿Venía
a caso de la España mozárabe? Puede plantearse la pregunta".
Jean-François Faü, agregado de lingüística en la Embajada
de Francia en El Cairo, "Acerca de la inscripción en cúfico
sobre el Ángel tocando el olifante en el tímpano de Sainte-Foy
en Conques", en Cielo e Infierno, Conques, documentos
1, Centro Europeo de Arte Medieval y civilización, 1995, pp 67-70.
Esta mención codificada, así como las otras inscripciones,
es la clave para la interpretación del tímpano de la salvación,
una clave que revelamos en la página titulada " Sesamo del
tímpano." (regreso
o página anterior)
(5)
Sería interesante reflexionar sobre las razones de estas respectivas
decisiones, de acuerdo con los lugares o los tiempos. (volver)
(6) La banda en la base del tímpano
lleva la siguiente admonición: "¡Oh, pecador, a menos
que cambies tus maneras, sabe que vas a recibir una sentencia terrible"
(O PECCATORES TRANSMVTETIS NISI MORES IVDICIVM DVRVM VOBIS SCITOTE FVTVRVM
) (arriba)
(7)
En cierto modo es como si los hombres de comienzos del siglo XII trataran
de expresar un sentimiento, el de la redención, y sobre todo de
representar el lugar topográfico que le correspondería,
pero que no ha sido concebido todavía, (llamándolo Tártaro,
a falta de algo mejor), y que empezando el último cuarto de siglo,
cuando el concepto (y el dogma) del Purgatorio surge, se alejan de él
para dar preferencia en la escultura al tema del Juicio Final, del infierno
y del temor que infunde. (volver)
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en español muy pronto. Pase
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